23 años después de nuestra apuesta por una Colombia en Paz, Libre y Soberana refrendamos nuestro compromiso con el Pueblo.
Juramos ante la memoria de todos nuestros héroes de Abril
seguir la lucha inquebrantable por que en las ciudades y los campos de nuestra
Patria la segunda independencia, trunca por la traición y la infamia de la Oligarquía , sea por fin
el motivo de júbilo de nuestros hombres y mujeres y el motor del desarrollo
social de nuestras regiones.
Colombia necesita de nuestro compromiso, hoy más que
nunca, se cierne desde las cavernas más oscuras de la extrema derecha el
puntillazo final al proyecto democrático del Estado social de Derecho
conseguido en el papel y en deuda aún con la Nación colombiana. La Asamblea Constituyente
de 1991 demostró que era posible llegar a acuerdos concertados entre todos,
pero demostró también que para que esto sea posible, debíamos blindar los
acuerdos alcanzados con el mismo Poder Popular con el cual llegamos a negociar
con la clase política marrullera de la oligarquía colombiana.
Se dejaron inconclusas muchas partes de la Constitución Política ,
se ganó en el texto pero se perdió en la practica; se permitió que los partidos
tradicionales recompusieran sus estructuras y lo que es peor aún, se dejó en
manos de la extrema derecha el discurso de la seguridad y en manos de la
extrema izquierda el discurso de la rebeldía y la trasformación social. Por
esas troneras entraron quienes hoy dominan el País, por esa falta de
convocatoria social se perdió el norte de un proyecto de Patria en donde de
verdad alcancemos todos.
Por eso hoy tenemos una urgencia, la de un País que
quiere la Paz , la
urgencia que nos imponen miles de compatriotas: Derrotar a la oligarquía y
propiciar para bien de la
Patria la negociación del fin de la guerra con los alzados en
armas, en un camino concertado hacia el fin del conflicto social que imponga el
querer de las inmensas mayorías por encima del interés de las minorías en armas.
Nosotros hicimos el gasto sin importar los costos, nuestros
mejores hombres y mujeres quedaron en el camino, pero debemos entender que esos
costos que tenemos que seguir enfrentando por la reconciliación son ínfimos
comparados con los costos que la
Patria sigue pagando por la violencia generalizada. Eso fue
lo que nos legaron Bateman, Iván Marino, Fayad, Pizarro y Raulito, ese el reto
por el que dieron la vida miles de colombianos.
Hoy entonces, al fragor de la guerra fratricida cuado la oligarquía
pretende hacernos creer en una guerrilla
acabada y derrotada, con una Izquierda fraccionada y empeñada en repetir una y
mil veces la escena de la “Patria Boba”, en un país en el que los sueños de
cambio se hacen urgentes, mientras nuestra amada Colombia juega el papel del
hijo descarriado, con miles de pobres y millones de miserables gracias a la
debacle económica del capitalismo salvaje; hoy compañeros y compañeras las
banderas de la
DEMOCRACIA PLENA , la Justicia Social ,
la rebeldía sin tapujos, la alegría de la fiesta y el sancocho batemaniano, se
hacen necesarios para juntar compromisos, afinar decisiones y encaminar
voluntades y así alcanzar el sueño de la PATRIA DEL TAMAÑO DE NUESTROS SUEÑOS.
El sueño de Bolívar se debe cumplir eso es una certeza,
escojamos el camino volvamos cada uno de nuestros Colectivos de estudio y
Trabajo una barricada por la esperanza y enfrentemos al terror fascista con la
fuerza del Pueblo irreverente.
Hoy es el tiempo, el amor por una Patria Grande y
soberana nos debe movilizar para evitar que nuestros hijos vivan otros CIEN
AÑOS DE SOLEDAD.
Nuestro reto reorganizar el M-19
Nuestra tarea organizar Colectivos de Estudio y Trabajo
Nuestro escenario el barrio, el colegio, la universidad,
la fabrica
Nuestra meta una Patria para todos.
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